Medellín 1 de septiembre de 2008
Las cifras que tiene el DANE en materia de desempleo le siguen ayudando al Gobierno al no revelar la realidad, que es bien distinta a la que esta entidad nos quiere hacer creer con relación a la generación de empleo en el país.
Recientemente al analizar los problemas que Colombia tiene para garantizarle la seguridad social a todos los colombianos, manifestamos que 27 millones de personas están atendidos en salud gracias al Sisben por no tener empleo.
Afirmamos también que sólo 7 millones y medio cotizan para pensión y salud y que de ellos, 6 millones y medio están afiliados a cajas de compensación familiar y riesgos profesionales, lo que demuestra que en Colombia el empleo formal sólo beneficia al 40% de la población.
El Presidente de la República salió a regañar al DANE porque en el país aumentó el desempleo, argumentando que las estadísticas son injustas.
El señor Presidente también regañó al Banco de la República, a quienes culpó del desempleo aunque no cree en las cifras, sosteniendo que las altas tasas de interés son las responsables de esta hecatombe en materia de empleo en Colombia.
El Gobierno en vez de desconocer las cifras del DANE y de culpar al Banco de la República debería buscarle salida al grave problema de desempleo y de informalidad que hoy golpea a los colombianos.
Por supuesto que no es menos preocupante la mala remuneración que tienen los trabajadores con un salario mínimo por debajo del de países como Chile, Argentina y Brasil, con la complacencia del Gobierno dizque para que nuestras empresas sean más competitivas.
El desempleo es mucho mayor del que dice el DANE, pero aún así, aceptando estos indicadores el Gobierno y los empresarios deberían estar buscando cómo resolver este grave problema que mantiene en la pobreza a más de la mitad de nuestros compatriotas.
Si el 12% de desempleo asusta al país, los medellinenses deberíamos estar más preocupados al conocerse que somos la cuarta ciudad con mayor desempleo en Colombia con el 14.6%, más de 320 mil desocupados en Medellín, sin contar a los que aparecen como empleados así estén vendiendo confites en un semáforo, debe tocarnos a todos.
Los Congresistas que están citando al Alcalde de Medellín por la inseguridad que hoy vive la ciudad deberían cambiar el fin, para buscar desde el Congreso dos mil Policías más para la capital paisa, si así fuera el Alcalde debería asistir, pero si es para hacer un debate político con otros fines al que tienen derecho según la Constitución y la ley, Alonso Salazar no debería asistir.
Si los Congresistas quieren ayudarle a la ciudad agilizando los obras que hoy están paradas, atrasadas o sin iniciar como: Metroplús, Vía Túnel de Occidente, Carrera 80, entre otras, que el Alcalde acuda a la invitación, de lo contrario su asistencia no tiene sentido.
Con absoluta seguridad podemos afirmar que de las muchas causas de la violencia que presenta Medellín son el desempleo y la pobreza que éste casi siempre acompaña y el número insuficiente de Policías que hoy tiene nuestra capital.
Ahora bien, en Medellín se ha venido incrementando la inseguridad con relación a los logros obtenidos en el 2007, pero muy por debajo de los niveles de violencia que soportamos años atrás.
Necesitamos pues, ayuda de nuestros Congresistas y del Gobierno Nacional para que la tan cacaraquiada confianza inversionista llegue a Medellín para generar empleo, al mismo que el Estado combata el contrabando que está acabando con renglones de la economía como el de confecciones, también es necesario que el Gobierno Local adelante y acelere las obras de infraestructura por su impacto positivo para el empleo.