Medellín, 29 de Septiembre
La crisis de Estados Unidos nos deja enseñanzas que podemos rescatar en lo político y en lo económico.
En lo económico nos deja muy mal parados a los colombianos que hemos basado nuestro crecimiento en el consumo con dinero plástico de muy fácil acceso, cinco millones de tarjetas consumiendo lo que muchas veces no se requiere, son una muestra de ello.
Es muy común que las personas tengan una o dos tarjetas de crédito, más la del éxito, más la de falabella y tengan fiado en la tienda, préstamo en la natillera y para completar el panorama económico de las familias paisas, que éstas no ahorren ni siquiera las cesantías o dependan del pagadiario.
Si seguimos gastando hoy, lo que vamos a ganar en dos o tres años la vamos a pasar muy mal, la economía se desacelerará y el desempleo crecerá a tasas intolerables para nuestras ciudades.
En lo político los gringos al ponerse de acuerdo para el salvamento del sector financiero nos demuestran que el país está por encima de los partidos, allí Demócratas y Republicanos aunque con intensos debates, deponen sus intereses para poner por encima los de la nación.
En lo local tenemos que aprender mucho de esta lección, los que perdieron las elecciones deben dejar gobernar, y los que ganaron deben dejar de lado el sectarismo perverso que aún hoy, doce meses después, muchos de ellos siguen esgrimiendo.
En la pasada contienda electoral en Medellín votaron alrededor de quinientas mil personas; el alcalde fue elegido por más de 270 mil votos, otros más de 300 mil escogieron opciones diferentes, que no ganaron pero que también hacen parte de la ciudad y que representan más del 56% de la población.
Al igual que Demócratas y Republicanos se tendrán que poner de acuerdo para sacar adelante a su País, quienes votaron por Alonso Salazar y quienes no votaron se tendrán que poner de acuerdo para resolver los grandes problemas que hoy afronta la Ciudad, como: 15% de desempleo, 40% de informalidad, incremento de la delincuencia con relación al año 2007, zonas de alto riesgo, contaminación ambiental, lentitud en la solución del problema de movilidad y conectividad, entre otros.
Los rezagos de la campaña política deben desaparecer, el sectarismo no debe ser tenido en cuenta en la toma de las decisiones de la administración, por el contrario, debemos lograr consensos para impulsar y acelerar el plan de desarrollo que hemos aprobado y que para muchos se percibe como frenado, como que no arranca.
Por ejemplo, sería nefasto para la ciudad, si después de lograr apoyo político de todas las bancadas, la propuesta de financiar por valorización unas veinte obras en el poblado, estas no se pudieran realizar por la demora en la implementación y se dejara contaminar por la próxima contienda electoral.
Nos quedan pues muchas lecciones de la crisis norteamericana, aquí resaltamos estas: fomentemos y estimulemos el ahorro, manejemos con responsabilidad el crédito de consumo en el campo económico y en lo político pongámonos de acuerdo sin sectarismos al proyecto de ciudad que se necesita para combatir la pobreza y lograr un sostenido crecimiento económico, sin detrimento del ponderado y serio control político que los habitantes de Medellín están esperando.